Adios primer lugar de grupo y rival fácil

¡Todo se derrumbó! Tal pareciera que todo lo bien realizado antes, después del partido de hoy se ha desmoronado. Pues sinceramente nadie o tal vez muy pocos pensaban que México podría perder este partido, sobre todo después del buen futbol mostrado, no sólo en el partido pasado, sino desde hace varias semanas, incluso antes del inicio del Mundial.


Pero ¿qué pasó? todo y nada, una combinación de factores, que sea como sea, dejaron el marcador 1-0 en favor de Uruguay. Un Uruguay deslucido, muy deslucido, eso es lo que más pena dá, que México haya perdido ante un equipo que fué tan poco en la cancha.

Escuchaba a los comentaristas mexicanos en la transmisión, diciendo que Forlán, Luis Suárez y compañia eran delanteros letales y peligrosísimos, con una capacidad bárbara y que por eso Uruguay iba ganando el partido... ¡por favor! con todo respeto para los uruguayos, que no niego que sean buenos jugadores aunque tampoco son la 8va. maravilla, pero las llegadas de Uruguay no fueron producto de buenas jugadas ni de su gran ataque o de sus delanteros letales, no. Las llegadas de Uruguay, incluída la del gol, fueron exclusivamente producto de errores de México al perder balones tontamente en la salida, esa fué la única forma en que Uruguay llegó con peligro a la portería de México.

Y antes, el caprichoso balón Jabulani no quiso entrar a la portería uruguaya en el tiro desde fuera del área de Guardado, que habría sido un golazo.

Cosa aparte, fueron la formación y la alineación de Javier Aguirre, que al parecer no fué del todo buena y benefició la labor defensiva de Uruguay. Yo tampoco entiendo la salida de Guardado, pero ahí qué podemos hacer; por cierto,¡Que falta le hizo hoy a México Efraín Juarez! gracias a Dios ya podrá jugar el siguiente partido. Barrera entró y no fué tan letal como en otras ocasiones, pero aún así le puso un pase de gol al Maza que hubiera sido el empate, pero éste último la falló.

Después, no pasó mucho con el partido, trascurrió sin mayores emociones en ambos lados.



El saldo al final, completamente desfavorable para México, que pierde el partido, no logra el primer lugar del grupo y enfrentará en octavos de final al primer lugar del grupo B que es Argentina, en lugar de poder haber enfrentado a Corea del Sur, si hubiera sido primero.

Pero bueno, tal parece que conciente o inconcientemente, no sé por qué, pero México se relaja o baja la guardia inevitablemente ante rivales presumiblemente más sencillos y sólo muestra lo mejor de sí y se esfuerza al máximo contra los rivales fuertes.

Y es que, si, admitamos que nadie de nosotros quedó conforme, porque no queríamos enfrentar a los argentinos en octavos de final, pero no porque les tengamos miedo, sino porque preferíamos enfrentarlos a ellos o a cualquier otro rival de los fuertes más adelante, en cuartos de final o semifinales, ya después de avanzar al famoso quinto partido. Y ahora todo cambió, los planes se modificaron y no queda más que asumir el reto y salir con todo el domingo a jugar el partido de su vida (de México) para ganarles y avanzar. Suena complicado, pero no imposible ¡podemos hacerlo! sólo hay que jugar al máximo cada segundo del partido y no cometer errores.

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